La tinta de los tatuajes amarillos, que contiene -entre otras cosas- sulfuro de cadmio, puede producir “reacciones fotoinducidas se manifiestan por la aparición de lesiones eritemato-edematosas tras la exposición a radiación ultravioleta”.
También se han descrito “reacciones granulomatosas como reacciones a cuerpos extraños asociadas al uso de cromo, mercurio, cobalto y manganeso y aparición de nódulos eritematovioláceos indurados relacionados con el uso de pigmento rojo, verde o azul”.
Otra diferencia en los colores llega si decidimos borrarnos el tatuaje. La tinta negra es la más fácil de borrar, explican desde Tattoo Cleaners, centro especializado en borrar tatuajes: “El color negro es el que necesita menos sesiones debido a que el láser detecta mejor el color más oscuro, aunque se pueden eliminar todos los colores, los demás suelen necesitar más sesiones”.
«Las tintas de color no son más agresivas que la negra pero sí están relacionadas con ciertas reacciones cutáneas de forma más habitual”
DRA. ALBA CATALÀ GONZALO
Dermatóloga del Centro Médico Teknon
Incluso a la hora de eliminarlo hay que tener en cuenta una serie de factores, como el color de la piel, las tintas usadas, la frecuencia de los tratamientos o el dispositivo láser, para que los resultados sean buenos, concluye la dermatóloga.
Desde la Federación Española del Tatuaje (UNTAP) aclaran que en España existen diversas leyes , tanto estatales como autonómicas, que regulan las tintas que se usan en el país y exigen que “todos los profesionales del tatuaje deben tener una formación higiénico sanitaria” y precisar de “una licencia sanitaria de establecimiento para ejercer la profesión”.
Además, quieren resaltar que “durante el período comprendido entre 2005 y 2015 se ha utilizado RAPEX como sistema de alerta y vigilancia del mercado, y sólo ha habido 109 alertas por tinta de tatuaje, siendo este un nivel bajo teniendo en cuenta todas la tintas y marcas que hay en el mercado”.
La UNTAP considera que “la asociación entre tatuajes y riesgos graves contra la salud es puramente casual, no habiendo estudios concluyentes, y así es como debe considerarse por el momento”.
– ARTICULO PUBLICADO EN LA VANGUARDIA (14-12-2016, copiado literalmente de la web) –
FEDERACIÓN ESPAÑOLA DEL TATUAJE Y UNTAP
COMUNICADO DE PRENSA EN RESPUESTA AL ARTÍCULO PUBLICADO EN LA VANGUARDIA DIGITAL EL DIA 14 DE DICIEMBRE DE 2016
En relación al articulo publicado por La Vanguardia Digital el día 14 de Diciembre de 2016 y desde la FET y UNTAP nos vemos obligados a emitir este comunicado de prensa para realizar algunas puntualizaciones sobre ciertas informaciones vertidas en dicho artículo.
Consideramos que tanto el titular como parte del contenido del artículo son susceptibles de crear una alarma social que no beneficia a los profesionales del tatuaje, al Ministerio de Sanidad (y en consecuencia a las Consejerías de Sanidad de ninguna Comunidad Autónoma que se acogen a una estricta normativa), como al consumidor final y al gran público.
Normativa española:
En España y dentro de la legislación vigente en materia de tatuajes y cosmética, existe el Real Decreto 1599/1997 de 17 de octubre, que regula las tintas de tatuaje, y cuya última actualización es del 25 de julio de 2013. Así mismo existen decretos específicos en todas las Comunidades Autónomas que regulan las prácticas del tatuaje. Por lo tanto, todos los profesionales del tatuaje deben tener una formación higiénico-sanitaria y precisan de una licencia sanitaria de establecimiento para ejercer la profesión. Desde la administración, juntamente con los profesionales, no se ha cesado de trabajar para mejorar en el sector.
Normativa europea:
Paralelamente, cabe destacar la normativa europea ResAP (2008)1, por la que quedan reguladas las tintas para tatuaje. Ciertamente, existen tintas fabricadas en países que no cumplen los requisitos y controles de seguridad y que mayoritariamente fomentan su venta a través de internet, las cuales contienen sustancias que no cumplen dicha normativa. Así en España como en Europa, se está trabajando para evitar la mala praxis, tanto en la fabricación de las tintas y productos que intervienen en la práctica del tatuaje, como en la formación de los propios profesionales. Los profesionales del tatuaje luchamos para que la información sea un reflejo de la realidad, sin alertas sociales innecesarias. Somos los primeros en cumplir la ley y alertar a los consumidores de los riesgos que corren al tatuarse por personal sin formación y en lugares que no cumplen las medidas higiénicas que establece la normativa, como por ejemplo, en domicilios particulares.
Informe del The European Commission’s science and knowledge service:
Desde la FET y la UNTAP somos conocedores del estudio The European Commission’s science and knowledge service sobre el que se basa el articulo de La Vanguardia, ya que fue publicado hace dos meses. Es por ello que sostenemos fervientemente, tal y como indica dicho informe en su página 91, último párrafo, que el tatuaje clandestino es fuente de la mayoría de infecciones post-tatuaje. Esto debe ser erradicado y la información a los consumidores desempeña un papel fundamental para alcanzar este objetivo. Se deben fomentar las campañas de comunicación de riesgo.
En los datos recogidos para la elaboración de este informe han participado, por parte gubernamental la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios), y la Federación Española del Tatuaje por parte de los profesionales, representada por UNTAP (Unión Nacional de Tatuadores y Anilladores Profesionales).
PUNTUALIZACIONES SOBRE LAS INFORMACIONES VERTIDAS EN EL ARTÍCULO DE LA VANGUARDIA
En el artículo se habla de Aminas Aromáticas. Hay que puntualizar que los ozopigmentos sólo desprenden Aminas en el caso de que el tatuaje este expuesto a la radiaciones solares. Actualmente se desconoce el nivel de degradación por rayos UV o Láser (ver página 48 párrafo 2 del informe). El artículo menciona que “las Aminas Aromáticas primarias pueden ser cancerígenas”. No hay ningún estudio que lo demuestre, sólo indicios.
Por tanto, creemos que asegurar dicha afirmación es generar alarma social (ver página 88 párrafo 4). Es más, según el informe, ninguno de los colorantes en uso (ResAP 2008)1 está clasificado como sustancia cancerígena, mutagénica o tóxica para la reproducción (ver página 38 párrafo 2). Durante el período comprendido entre 2005 y 2015 se ha utilizado RAPEX como sistema de alerta y vigilancia del mercado, y sólo ha habido 109 alertas por tinta de tatuaje, siendo este un nivel bajo teniendo en cuenta todas la tintas y marcas que hay en el mercado (ver página 53 párrafo 4 del informe).
Teniendo en cuenta que el 12% de la población europea está tatuada (más de 60 millones de personas), consideramos que es un porcentaje bajo. Según el informe, el 9% de las tintas analizadas, era de procedencia desconocida. Casualmente, el 9% de las tintas analizadas contienen metales pesados. Estas tintas no cumplen la ResAP (2008)1. Esto nos indica que las tintas que no superan los controles sanitarios, podrían ser las causantes de la alarma que desata La Vanguardia en su artículo.
Como bien se indica en el artículo, incluso tomando todas la precauciones higiénico-sanitarias, algunas de las reacciones son impredecibles y dependen de factores intrínsecos del propio usuario como, por ejemplo, el no cumplimiento de las indicaciones de los cuidados que requiere la curación de un tatuaje.
En el artículo también se hace referencia a que, dado el escaso número de casos comunicados y la gran prevalencia de personas tatuadas, la asociación entre tatuajes y riesgos graves contra la salud es puramente casual, no habiendo estudios concluyentes, y así es como debe considerarse por el momento. Por tanto, creemos que la alarma social va en contra de la información que debería recibir el usuario final.
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